Un aforo no es más que un conteo sistemático y estructurado de la cantidad de vehículos, peatones o ciclistas que pasan por un punto específico de una vía (calle, avenida, ciclovía, acera) durante un periodo determinado. Piénsalo como un censo de la movilidad.
Aforos Vehiculares: Registran el número y, a menudo, el tipo de vehículos motorizados (autos particulares, taxis, autobuses, camiones de carga, motocicletas) que circulan por una sección vial. Esta información es crucial para entender la demanda de las carreteras, la congestión y la eficiencia de las rutas de transporte público.
Aforos Peatonales: Cuentan el número de personas que transitan a pie por aceras, cruces peatonales, plazas o estaciones de transporte. Son fundamentales para diseñar espacios seguros, accesibles y atractivos para los caminantes, además de dimensionar la infraestructura peatonal necesaria.
Aforos Ciclistas: Se enfocan en cuantificar el número de ciclistas que utilizan una vía, ya sea una ciclovía dedicada, un carril compartido o una calle convencional. Estos datos son vitales para planificar y justificar la inversión en infraestructura ciclista segura y conectada.
Estos conteos pueden realizarse de forma manual, con personal en campo registrando los flujos, o de manera automática, utilizando tecnologías como sensores (neumáticos, inductivos, infrarrojos, de radar) o cámaras con software de análisis de video. La elección del método depende del objetivo del estudio, el presupuesto y el nivel de detalle requerido.
Los datos recopilados a través de los aforos son el cimiento sobre el cual se construyen políticas de movilidad y proyectos de desarrollo urbano más inteligentes y eficientes. Su importancia radica en que permiten:
Diagnosticar la situación actual: Identificar puntos críticos de congestión vehicular, zonas con alta demanda peatonal no satisfecha o rutas ciclistas emergentes.
Planificar el transporte público: Optimizar rutas y frecuencias de autobuses, determinar la ubicación estratégica de paradas y estaciones, y evaluar la necesidad de nuevos servicios.
Diseñar infraestructura adecuada: Dimensionar correctamente el ancho de las calles y banquetas, justificar la construcción de ciclovías, puentes peatonales o la implementación de semáforos con fases peatonales y ciclistas.
Evaluar el impacto de intervenciones: Medir el antes y el después de un proyecto vial (por ejemplo, la peatonalización de una calle o la creación de una nueva ruta de transporte) para determinar su efectividad.
Mejorar la seguridad vial: Identificar intersecciones peligrosas o tramos con alta interacción entre diferentes modos de transporte que requieran medidas de pacificación del tráfico o mejor señalización.
Fomentar la movilidad sostenible: Al conocer la demanda real de peatones y ciclistas, se pueden impulsar políticas que prioricen estos modos de transporte, contribuyendo a ciudades más saludables y menos contaminadas.
En México, la planeación urbana y la gestión de la movilidad han cobrado una relevancia creciente. El gobierno federal, a través de documentos como el "Manual de Calles: Diseño Vial para Ciudades Mexicanas" elaborado por la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU), promueve un enfoque de diseño vial que considere a todos los usuarios de la vía, priorizando la movilidad activa (peatonal y ciclista) y el transporte público. Este manual, aunque no establece una normatividad obligatoria sobre cómo realizar aforos, sí subraya la necesidad de entender los flujos existentes para diseñar calles que respondan al "uso real del espacio".
A nivel nacional, instituciones como el Instituto Mexicano del Transporte (IMT) también realizan estudios y generan conocimiento sobre metodologías de aforo, especialmente enfocadas en el ámbito carretero y en la evaluación de nuevas tecnologías para la recolección de datos.
Consideraciones Particulares en México:
Diversidad de contextos: Desde grandes zonas metropolitanas hasta ciudades medias y pequeñas, las necesidades y recursos para realizar aforos varían considerablemente.
Informalidad en el transporte: En algunas ciudades, la presencia de transporte público no regulado puede dificultar la obtención de datos precisos.
Cultura de movilidad: La priorización histórica del automóvil en muchas ciudades mexicanas implica que los aforos peatonales y ciclistas son, en algunos casos, iniciativas más recientes pero cada vez más cruciales para reequilibrar el uso del espacio vial.
Dos de las áreas metropolitanas más grandes y dinámicas de México, Monterrey (Nuevo León) y Guadalajara (Jalisco), enfrentan importantes retos de movilidad y han comenzado a integrar de manera más sistemática los aforos en sus procesos de planeación.
Nuevo León (Zona Metropolitana de Monterrey):
La Ley de Asentamientos Humanos, Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano para el Estado de Nuevo León contempla la figura del "estudio de movilidad", el cual contempla además de a los vehículos también a los ciclistas y peatones.
Si bien la información pública y detallada sobre metodologías estandarizadas para aforos peatonales y ciclistas a nivel estatal o municipal puede ser menos accesible que la de los aforos vehiculares, la creciente presión por una movilidad más sostenible y la ejecución de proyectos de infraestructura peatonal y ciclista sugieren una mayor utilización de estos conteos. Aunque los documentos específicos sobre metodologías de aforo no son siempre públicos, sus planes de desarrollo urbano suelen basarse en diagnósticos de movilidad.
Guadalajara (Área Metropolitana de Guadalajara - AMG):
Guadalajara ha mostrado un impulso significativo hacia la movilidad sustentable. El "Informe de Movilidad Ciclista Metropolitana" publicado por la Agencia Metropolitana de Infraestructura para la Movilidad (AMIM), en colaboración con IMEPLAN, es un ejemplo claro de cómo se utilizan los aforos. Este informe detalla metodologías para aforos ciclistas (denominados AIC - Aforo de Infraestructura Ciclista), especificando periodos de levantamiento y cobertura geográfica, lo que demuestra un esfuerzo por estandarizar y sistematizar la recolección de estos datos. Además, el Reglamento de Movilidad, Transporte y Seguridad Vial de Guadalajara establece una jerarquía de movilidad que prioriza a peatones y ciclistas, lo que impulsa la necesidad de contar con datos precisos sobre estos usuarios.
Los aforos vehiculares, peatonales y ciclistas son mucho más que simples números; son la voz de la ciudad en movimiento. Escuchar esta voz a través de mediciones rigurosas y constantes es fundamental para construir entornos urbanos más equitativos, seguros, eficientes y, en última instancia, más humanos. Tanto a nivel nacional como en los estados y municipios, la inversión en la capacidad técnica para realizar y analizar estos conteos es una inversión directa en la calidad de vida de los ciudadanos. México, con sus vibrantes y crecientes ciudades como Monterrey y Guadalajara, tiene la oportunidad de liderar la transformación hacia una movilidad más inteligente y sostenible, y los aforos son, sin duda, una brújula indispensable en este camino.